Manchester

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sábado, 21 de septiembre de 2013

El comienzo

Y digo el comienzo porque todas las cosas tienen un comienzo, lo que pasa es que muchas veces no sabemos donde empiezan ni hasta donde nos pueden llevar.


Sin ir más lejos quien me iba a decir a mi, una chica de Murcia, normal, corriente y moliente diría yo incluso, que iba a terminar tecleando en mi ordenador en Manchester, Inglaterra.
Seguro que todos los que tienen adolescencia, o recuerdos de ella, y que nacieron a partir de la década de los 90, tienen algún recuerdo en el que sentados con sus amigos discernían lo que les deparaba el futuro. Y casi todos los que saben lo que significa una "Erasmus", recordarán haber dicho "Os imagináis dentro de unos años? Que estemos todos de Erasmus?", frase a la cual seguían siempre risas.
 
Lo que ocurre en esos momentos es que no te das cuenta de que ese día llegará antes o después, y que si mucho no te has equivocado enfocando tu futuro desde pequeñito, llegará este día en el que te encuentres a miles de kilómetros de todos tus seres queridos, eso si, siempre voluntariamente y por tu bien.
Pues bien, yo soy una chica de los 90, y resulta que me encuentro de Erasmus. 


Avanzando un poco más, podemos tomar de comienzo ese momento en el que realmente decides en firme que quieres solicitar una beca Erasmus. Te sientas delante del ordenador e intentas aclararte con el galimatías que te ofrece tu encantadora Universidad local para ver que debes hacer, y que no, si quieres que te den una plaza.
Aquí te empiezas a dar cuenta de que no todo iba a ser de color de rosas, porque los plazos se empiezan a estirar, los datos no aparecen, parece que todos se quieren poner en tu contra para que no puedas rellenar el formulario de la beca y todas esas cosas que te hacen pensar los nervios. Finalmente un día, seguramente la cuarta vez que lo miras, descubres que se ha abierto el plazo. Todo emocionado solicitas la beca y ...
Cuatro meses después te avisan de que te convocan a solicitar plaza. Después de ordenarlas mil veces y hacer cabalas sobre que pedirá la gente, un buen día tienes plaza, y te encuentras en Enero, de repente, sabiendo que algún día de Septiembre te mudas a una ciudad nueva, lejos de casa, en mi caso Manchester.


Después de miles de papeles que  nadie te dice que tienes que hacer, te vas haciendo independiente, vas viendo las cosas de otro color...más oscuro.

Finalmente llega el verano, con suerte consigues saber donde vas a quedarte en tu destino, y te compras el vuelo.
Y te quedas con un mal cuerpo oye...que cosas.

Resumiendo llega Septiembre, más concretamente el 15. Domingo. Y ahí que me voy yo con todos mis regalos de bienvenida, mi maleta hiper ajustada de kilos con Ryanair y el corazón encogido.
La cosa se pone peor cuando no solo están tus padres, si no también tu novio, tus suegros (gracias a Dios tus cuñados durmiendo), tu tía, tu prima, tu madrina y tu abuela en silla de ruedas. Chungo. Si ya parecía difícil la despedida, ahí tienes, yo la vida me la paso en modo experto.

Te tomas el ultimo cafe con ellos, porque obviamente en tu casa antes de salir no te ha entrado ni gota, sonries todo lo que puedes, y agarrando la maleta de mano te vas que te están llamando a embarcar. Facil eh?
Pues no. Tu prima de cuatro años te dice que te "echadá de menoz", tu abuela te santigua y te encomienda a todo el santoral, tus tias no saben ni que decir, tus padres ya se han arrepentido de dejarte marchar y tu novio...pues para que hablar del novio, entre tu nudo en la garganta y el suyo pues al final ni te despides. Le sonries como puedes para que no se quede como ultima imagen un ceño fruncido y te metes al control. 
Aun asi quedan media docena de saludos desde lejos, hasta que gracias a Dios dejas de verlos, porque alejarte mientras te
miran con cara triste...por favor no hay nada más dificil. 

Para completar la jugada, la maleta de mano te la facturan, el vuelo es ajetreadito, con turbulencias, y cuando llegas está lloviendo. Aunque claro, ¿que vas a esperar si te mudas al Reino Unido?


De allí nos vamos a un hotel, porque por más que te quejes de la universidad de origen, la de destino nunca es mucho mas competente y llegas sin saber cuando puedes ir a la residencia o cuando no.
Turismo haces lo que puedes el mismo dia de llegar, y cuando te levantas a la mañana siguiente estas constipada. Bien! El primero del año.

Durante los siguientes dias tratas de hacerte con el mercado local y tambien de hacer habitables los 6 o 7 metros cuadrados en los que debes vivir el resto del año. 


Te das cuenta, aunque un poco tarde, de que la Erasmus, por más que tenga fama de mucha fiesta y poco trabajo, no va a ser coser y cantar, y en la primera noche que tienes libre decides abrir un blog...para hablar un poco contigo misma y por si pudiera servir a alguien de algo. 

Con las llaves de mi nuevo hogar me despido hasta la próxima reflexión.

Manchester, 22nd September, 2013